Siesta es un chico de 17 años al que le va la marcha: las artes marciales mixtas son su vía de escape, su forma de sentir que sigue vivo en un mundo cada vez más muerto por dentro.

Rodeado de pantallas, tecnología invasiva e inteligencias artificiales que lo controlan todo, Siesta se agarra a la realidad como puede. No odia la tecnología, pero sí lo que han hecho con ella.

Tiene novia, Bidaia. Es su mundo. Pero todo se va a la mierda cuando un androide asesino le arrebata lo único que le importaba. Y entonces empieza el infierno.

Cinco años después, Siesta sobrevive como puede, acompañado de su fiel androide Bobo y su perro Chus.

Y con eso arranca su viaje. Conocerá a Kimera, una chica que parece rota por dentro, como él. Pero la traición, la violencia y el horror no tardan en alcanzarlos. Siesta lo pierde todo de nuevo. Y lo que ve, lo que vive, lo que sufre, empieza a dejarle cicatrices que no se ven.

Bidaia le visita en sueños. Le habla del guante de los dioses. Le dice que ella será su escudo y que tiene que hacerse con la pieza de la armadura.

Cuando Siesta consigue la pieza de la armadura divina, por fin tiene el poder suficiente para defender a los más débiles.

No es el héroe clásico. Habla mal, actúa sin pensar, mete la pata y a veces parece un idiota. Pero también es valiente, noble cuando hay que serlo, y tiene un fondo que no se rinde. Nunca. No importa cuántas hostias le dé la vida.

El mundo ha cambiado. Y él también está cambiando. La armadura que le espera podría ser su salvación… o su perdición.

Lo único claro es que su historia no ha hecho más que empezar.